domingo, 6 de noviembre de 2016

A altas horas, marea baja

Cosas que salen del alma a altas horas de la madrugada...

Y qué queréis que os diga, si a mi tantas veces me hicieron lo mismo.
Tuve que seguir por mi camino, siendo de tantas críticas el objetivo, 
y sin embargo también lo soy ahora, por ser verdugo y no víctima.
Me pregunto a altas horas si es esto lo que merezco,
por qué me compadezco, si yo en la misma situación ni recibí respeto.
Por qué enloquezco si actué según mis sentimientos,
por qué no tengo remordimientos al olvidar tantos recuerdos.

¿Si escribo lo que siento estoy desvelando lo que pienso?
Ya no importa, nada queda de lo que fui en aquella época.
Y me alegro, ya que por fin superé mis miedos,
y todo lo que quedó atrás forma parte de mi progreso.
Ahora soy alguien nuevo, alguien que no comparte tus lamentos,
aunque suene cruel, eso también forma parte del proceso.
Puede que ya no ría tanto, pero cuando lo hago es porque lo siento,
tal vez si antes solo sonreía era para suplir la falta de alegría.

Ahora vivo y pienso, antes solo pensaba (en el significado de tus palabras).
Lánzame una sonrisa, o por el contrario un gesto brusco,
lo siento pero no eres lo que busco, acostúmbrate al disgusto.
Como lo hice yo después de tantas damas 
que me dejaron con las ganas y este vacío en el pecho. 
Me pregunto por qué últimamente nada llega a buen puerto.


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