martes, 12 de enero de 2016

La mejor adicción

Hace tiempo que me considero una adicta. No a la droga ni al alcohol, sino a las series. Creo que es una buena adicción, y una de las que más se extenderá -de hecho ya lo hace- durante los próximos años.  En realidad nunca he pensado en ello como una "adicción", -preferimos ser llamados seriéfilos o amantes de las series- ni lo he considerado un problema, sino una vía de escape

Cada vez que comienzo una serie adopto su realidad, construyo una nueva a partir de ella como medio de evasión de la verdadera realidad. Durante el tiempo que se reproduce el capítulo puedo olvidar el dolor, flotar sobre él mientras corro por la selva, peleo a muerte o descubro un nuevo amor. Durante casi una hora consigo apagar el llanto, su llanto, viviendo en un mundo en el que todo es posible, en el que yo decido quién y cómo soy, y cómo es todo lo que me rodea. Esa es mi adicción. Ese maravilloso modo de evasión que deseo ayude a más y más personas cada día tanto como a mi. 

Será mi naturaleza negativa que da a este decadente mundo por perdido y desea que al menos a través de la ficción cada uno de nosotros pueda construir su propia realidad y vivir en el mundo que anhela.  

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