«No sé qué sendero he de tomar para evitar seguir su mismo camino. Aún
no he encontrado la manera de abrirme paso entre las zarzas y mirar hacia
delante sin dejarla en el olvido. La razón me dice que continúe, que camine sin
preocuparme por ella; el corazón me implora que no la abandone a su suerte como
ya hicieron otros. Porque solo yo comprendo qué siente en su interior, solo yo
soy capaz de sufrir lo que ha sufrido. No puedo dejar que la guíen aquellos que
sólo han escuchado su dolor y se han hecho una idea errónea de qué lo está
produciendo. Ellos nunca entenderán lo que le sucede, lo que nos sucede, no
porque no tengan voluntad para hacerlo, sino porque es imposible de explicar.
Hay veces que su fortaleza debilita la mía, y otras en las que mi
fuerza le deja sin vida. Como luz y oscuridad, no podemos existir con la misma
intensidad. Una siempre se alzará sobre la otra, hasta que llegue el día en que
nos auto destruyamos al encontrar el equilibrio -de debilidad. Como dos estrellas que chocan quedando solo un agujero negro
en su lugar.
No quiero dejarla atrás, pero tampoco sucumbir a su mundo de tristeza, colapso
de pensamientos y ansiedad. No sé si dejarme arrastrar o si luchar contra todo
ello olvidándola en la batalla. Quisiera encontrar un sendero paralelo desde el
que poder ayudarla sin caer en la misma trampa. »
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